La pelea Palestina es nuestra pelea por la libertad
«Un intento de repensar el internacionalismo desde nuestro contexto local»
El pasado 27 junio detuvieron en Atenas a 15 compañeros del grupo anarquista Rouvikonas por haberse manifestado frente a la embajada israelí en solidaridad con el pueblo palestino. Los compañeros de este colectivo están acostumbrados a jugársela con acciones vistosas y de gran repercusión callejera. Sin embargo, en esta ocasión su accionar se limitó a desplegar una gran pancarta y lanzar folletos en solidaridad con el pueblo palestino en un momento en el que Israel intensificaba su hostilidad sobre los territorios ocupados palestinos bombardeando, aniquilando personas y derribando sus hogares. Mientras, el foco mediático internacional hegemónico miraba estos acontecimientos con la deshonesta pero
interesada visión de quien sólo observa un conflicto cultural o una guerra recíproca, cuando no la imposición de un estado colonial de asentamiento.
El estado israelí es mucho más que el causante de una ocupación con miles de muertos y cautivos a sus espaldas. Es un proyecto militar que además de extender la militarización hasta prácticamente todos los ámbitos de la vida de fronteras para dentro, utiliza el territorio palestino como laboratorio de aprendizaje y formación que posteriormente exporta hacia el contexto europeo. Muchas veces hablamos del armamento que estados como el español vende a Israel, Marruecos, Yemen etc., pero quizás no tanto sobre el papel que tiene el estado israelí en exportar dispositivos militaristas hacia, por ejemplo una vez más, el estado español. En este sentido es recomendable el documento «Defensa, seguridad y ocupación como negocio –Relaciones comerciales militares, armamentísticas y de seguridad entre España e Israel–2014».
De aquí podemos sacar varios aspectos importantes que, obviamente, habría que actualizar en esta última década. La primera es que las exportaciones españolas de armas a Israel son en la práctica anecdóticas en comparación con el volumen que pueden alcanzar las importaciones.
La segunda es que, aunque en momentos muy puntuales, como las agresiones a Gaza a finales de 2008 y principios de 2009 y a Líbano en 2006, el gobierno español denunció el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel, estas prácticas no han producido ningún impacto o cambio en las relaciones bilaterales, ni siquiera en las prácticas en materia militar, armamentística o de seguridad.
La tercera es que es útil entender que Israel es un estado que exporta más armas de las que usa a nivel interno, porque este hecho rentabiliza y posibilita su prosperidad tecnológico-militar, con la que mantener el colonialismo de asentamiento sobre Palestina. Este hecho nos lleva también a entender que la importación militar de origen israelí por parte de los estados europeos como el español sostiene la ocupación. No hace falta suministrar, basta con ser cliente y/o alumno.
El negocio de la seguridad está estrechamente relacionado, como hemos señalado otras veces, con el de la industria militar y el control de fronteras. Si nos preguntan por empresas relacionadas con las relaciones Israel-España no sabríamos decir primero si se dedican a crear sistemas de control securitario en nuestras ciudades y pueblos, dispositivos tecnológicos de defensa, o infraestructura fronteriza. Esto es porque se dedican a todas estas cosas, como es el caso de Indra, General Dynamics, Tecnobit, etc. Puestos a poner ejemplos, la tecnología UAV (vehículos aéreos no tripulados) israelí fue primeramente empleada por el ejército español en Afganistán, mientras que posteriormente sirvió a la Guardia Civil en el marco de la llamada Operación Minerva de vigilancia de las costas españolas. Además, el proyecto europeo Sea Border Survillance (SeaBILLA, Vigilancia de Fronteras Marítimas) donde han participado empresas españolas entre las que se encuentra Norte TTI, del Parque
tecnológico y científico de Cantabria en Santander, es uno de los mayores ejemplos en el ámbito de la investigación conjunta en nueva tecnología UAV.
¿Cuánto aprendizaje militar sobre aviones no tripulados adquirido en la guerra del Líbano y en la operación Plomo Fundido en la franja de Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009 aportaría a un estado –el israelí– que en 2015 exportaba el 60% de drones al mundo? Aunque Israel ha ido perdiendo liderazgo en la exportación de drones en los últimos años en relación a EEUU y China, podríamos decir que es la cuna de estos dispositivos tecnológicos que sirven actualmente no sólo como máquinas de guerra, sino como instrumentos de vigilancia aplicados para la seguridad y la vigilancia de, por ejemplo, la población palestina en territorio ocupado, o la detección de migrantes para ser detenidos y deportados a
lo largo y ancho del mundo.
El análisis geopolítico de los conflictos que ocurren a miles de kilómetros de los territorios en los que vivimos, que nace de una inquietud por extender la solidaridad internacionalista con los pueblos a lo largo y ancho del planeta, nos suele ubicar en un plano distante respecto a
nuestras realidades locales. De esa forma, de alguna manera nos resulta más cómodo preocuparnos de lo que pasa lejos que por lo que pasa cerca nuestro.
La persona anónima que escribió el texto «Beyond Amnesty» (Más allá de la amnistía) lo
explica bastante bien.
«Si no lo hacemos, la gente de aquí siempre luchará por «la otra/el otro»,debilitando la resistencia genuina, haciendo que las expresiones de solidaridad escondan un sentidotaimado de «qué suerte tenemos», de paternalismo, y se vuelvan una excusa para no impulsar la lucha de aquí. Hay cientos de personas en una noche de solidaridad con luchas latinoamericanas, pero sólo veinte en un evento de apoyo a presos encarcelados como consecuencia de luchas en Occidente».
La propuesta a la hora de redefinir el internacionalismo no es renunciar a esa solidaridad tan necesaria con otros pueblos, sino de vincularlas directamente con las cuestiones y las problemáticas que sufrimos aquí. No sólo por evitar miradas eurocéntricas y paternalistas sobre las realidades con las que nos solidarizamos (Palestina, Kurdistán, Colombia, Cuba, Sáhara, etc. etc.), sino también porque siempre es más certero luchar contra objetivos concretos que existen en tu contexto local, aunque sea con un trasfondo y una mirada puesta en la empatía con aquellos territorios.
En ese sentido, que la securitización de sociedades como la nuestra se construyan gracias, y en parte, a partir del aprendizaje militar israelí en territorio palestino, es un punto de partida que nos parece importante señalar para llevar a cabo cualquier tipo de solidaridad con el pueblo palestino. Empresas como Electro Crisol Metal S.A. (Ecrimesa) con sede en Parayas, han sido exportadores de partes y/o productos que sirven para armamento a Israel. Pero, ¿cuánta seguridad ciudadana que nos rodea tienen relación con la ocupación palestina a través de la importación de formación o infraestructura?
Hablamos de ejemplos como Guardian Homeland Security, la empresa más visible y conocida afincada en España relacionada con la seguridad israelí. Tiene su grupo matriz en Guardian Holdings LTD, que consiguió licencia de exportación del Ministerio de Defensa de Israel para productos y servicios relacionados con seguridad y defensa en marzo de 2006. La empresa fue fundada por antiguos miembros de los servicios especiales de seguridad del Estado de Israel: Ariel Mazoz, Ilan Arzooan y el General (ret.) Dr. Yom Tov Samia. Ofrece servicios de protección armada de personas, protección armada de delegaciones, seguridad en instalaciones, asesoramiento de seguridad, productos de seguridad y formación integral de seguridad. El Ministerio de Defensa, el Ministerio de Interior, la Presidencia del Gobierno, la Agencia Tributaria, la Armada española, la Casa Real, el Ejército del Aire, la Embajada de
Israel, el Ejército de Tierra, la Ertzaintza, la Guardia Civil, los Mossos d’Esquadra, la Policía Foral de Navarra o el Cuerpo Nacional de Policía, han formado parte de su lista de clientes.
Si nos vamos al ámbito de la seguridad privada, grandes empresas securitarias israelíes como Mydas o ISDS nos llevan a hablar de clientes como Repsol, el Banco Santander, Telefónica o el Grupo Especial de Operaciones (GEO) –grupo de élite de la Policía Nacional–, entre otros.
Concluímos anotando que cuando hablamos de «israelí» nos referimos al estado Israelí.
Es muy importante precisar esto ya que uno de los mitos que fundan su fuerza es la de que los israelíes son partícipes de la ocupación sobre Palestina en su conjunto. Nada más lejos de la realidad, Israel tiene un enemigo interno compuesto por individuos y grupos israelíes, que desde dentro y desde fuera impulsan iniciativas de boicot y denuncia contra la ocupación de Palestina y que forman parte de la solidaridad internacional por la libertad del pueblo palestino –entendiendo que esto significa cosas muy distintas según quiénes lo enuncien-.
Así como comenzábamos con Rouvikonas, acabamos con un ejemplo de auto-organización desde Israel en contra del colonialismo de asentamiento y de la maquinaria de propaganda sionista. El colectivo «Anarquistas contra el muro» que aunque ya no está activo, marca un referente de acción directa, internacionalismo y políticas radicales antiautoritarias en el núcleo duro de la militarización global. Con dicha experiencia política nos despedimos para no extendernos más, con el ánimo y la inquietud de seguir investigando entre los vínculos del negocio de la guerra y el capitalismo securitario, así como con un mensaje. Necesitamos que la solidaridad con los pueblos permanezca más allá de los picos de audiencia
que marcan los focos mediáticos hegemónicos.
Artículo publicado en el boletín Briega en papel Agosto 2021.
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