[ Texto ] Textos contra el trabajo ¿Cuánto sufrimiento más en nombre del progreso?
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“Y como estuvimos con vosotros, os recomendamos esto: que el que no quiera trabajar, tampoco coma” Carta de S. Pablo a los Temalonicenses III, 10
“La URSS considera como deber de todos los ciudadanos el trabajar y pone el lema: ¡quien no trabaja, tampoco come!” Constitución de la URSS, Cap. V, par. 18
“El trabajo os hará libres” Letrero sobre la entrada principal del campo nazi de exterminio de Auschwitz
“Toda la actividad de las sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se anuncia como una inmensa acumulación de trabajo. Todo lo que es vivido directamente se afirma en primer lugar como resistencia al curro”.
¡¡DESEMPLEO PARA TOD@S!!
INDICE
TEXTOS CONTRA EL TRABAJO
-Introducción pgna. 3
-La abolición del trabajo (Bob Black) pgna. 5
-La sociedad de supervivencia (Ratgeb) pgna. 19
-Si me llaman vago… (Rafa) pgna. 21
-Elogio de la holgazanería (B. Rusell) pgna. 22
-La dictadura del reloj (G. Woodcok) pgna. 27
-Apología de los ociosos (Robert L. Stevenson) pgna. 28
-2 de mayo. Día internacional del ocio pgna. 29
-Utopía filosofal del crimen (VV.AA.) pgna. 30
“Los burgueses tienen muy buenas razones para atribuir al trabajo una fuerza de salvación sobrenatural; porque precisamente de la dependencia natural del trabajo resulta que el hombre que no tiene otra riqueza que su fuerza de trabajo debe ser en todas las situaciones sociales y culturales el esclavo de los otros hombres que se han hecho dueños de las condiciones actuales de trabajo. Puede trabajar solamente con su permiso, entonces puede vivir sólo con su permiso”.
K. Marx: Comentarios al programa.
Con esta serie de textos pretendemos abrir un debate y una reflexión que ya estaba ahí sobre el verdadero sentido del TRABAJO, también sobre una de las señales de su agonía como es el PARO. Somos concientes del choque moral que puede suponer hablar en contra y por la abolición del trabajo en un mundo organizado en torno a él; donde quien lo tiene, aún en las condiciones más miserables, lo defenderá con uñas y dientes y quien no lo tiene pedirá a gritos que lo exploten, pues es su derecho constitucional el estar explotad@.
El origen etimológico de la palabra trabajar es el de tripaliare, del latín, que es torturar; el mismo origen de trabajo-tripalium (especie de cepo o instrumento de tortura). De esto se deduce que C.N.T. sería la Confederación Nacional de la Tortura, U.G.T., la Unión General de L@s Torturad@s (¿o Torturador@s) e incluso existiría el Ministro de Tortura.
También es evidente la relación entre trabajo y enfermedad; a cada tipo de trabajo le corresponde una enfermedad laboral; cuántas personas discapacitadas por culpa del maldito curro, cuántas muertes en “accidentes”, mejor dicho asesinatos, laborales por trabajar en las condiciones más precarias posibles y más baratas para l@s empresari@s y cuántas personas heridas o muertas por defender su puesto de trabajo (de tortura). El aumento sin fin e irremediable del paro estructural es una señal de la necesidad de una trasformación total y global. El que un número cada vez mayor de trabajador@s, que sólo tienen su fuerza de trabajo para sobrevivir, se vean arrojadas al desempleo, es decir, liberadas de la tortura pero arrojadas a la miseria, debe hacernos, por lo menos, pensar. Si nadie trabaja por gusto, ya que todo el mundo trabaja forzadamente y por obligación, el paro debería ser deseable para todo el mundo, pero esto no es así debido a la sociedad-mercantil de clases donde el trabajo asalariado, la tortura diaria, sirve para que un@s poc@s, cada vez menos, se froten las manos y se lleven enormes beneficios a cambio de mínimos salarios por lo barato que vende la gente su fuerza de trabajo, consecuencia de la enorme oferta de la misma y del miedo al paro. Hoy, ver a todas las organizaciones desde las de extrema izquierda a las de extrema derecha en todo su abanico de posibilidades buscando soluciones al “problema” del paro sin entrar en para qué se está trabajando y qué es el trabajo, qué quieren l@s parad@s o ni siquiera si lo que quieren es elegir cómo quieren vivir y no trabajar, planteando medidas tan guays como el reparto de la tortura, Empresas de Tortura Temporal, las tan cacareadas 35 horas de tortura, las reformas del mercado laboral que sólo hacen que abaratar todavía más la fuerza de trabajo, resulta delirante y patético, fruto del reformismo intrínseco al sindicalismo —de los grupúsculos y las organizaciones ideológico-políticas no creemos necesario hablar- que ha olvidado la Revolución Social para buscar mejoras en nuestras condiciones de tortura y cuánto tiempo seremos torturad@s bajo el yugo del esclavismo salarial (¡puagh!). La situación es cada vez más un sin sentido. La organización humana ha perdido toda su razón de ser; ésta debería servir (y no ser sus sierv@s) para cubrir absolutamente todas las necesidades de todas las personas por el mero hecho de existir. La sociedad-mercantil no cubre necesidades reales y sólo sirve para producir e intentar vender mercancías mediante el mundo perfecto de las ilusiones publicitarias. ¡Ya está bien de ideólogos del curro! ¡No queremos trabajar en esta enorme fábrica para llenar vuestros bancos! ¡Rechazamos el trabajo! ¡Hasta el autogestionado! ¡Queremos autogestionar la buena vida y no la tortura! Cuántos siglos de explotación de las bases biológicas del planeta (incluid@s nosotr@s) para esto. Es hora de parar la máquina capitalista y ver lo que necesitamos realmente, cómo lo obtenemos y para qué.
¡Abolición de la sociedad de clases!
¡Abolición del trabajo asalariado y de la mercancía!
¡Todo para tod@s, ya!
Trabajo es aquello de lo cual el hombre y la sociedad han tenido bastante. Eliminémoslo. Hagamos una revolución para divertirnos”.
D.H. Lawrence
Escuchemos las voces calladas por la enraizada, interesada y milenaria apología del Mundo del Trabajo