Trata de seres humanos en el prostíbulo Olimpo de Zafra

En Zafra había mujeres recluidas en un prostíbulo, obligadas a someterse a diario a puteros bajo la amenaza de violencia física.

TRATA DE SERES HUMANOS EN EL PROSTÍBULO OLIMPO DE ZAFRA.
 
En pleno confinamiento saltaba la noticia: En Zafra había mujeres recluidas en un prostíbulo, obligadas a someterse a diario a puteros bajo la amenaza de violencia física. Ejercían el proxenetismo dos mujeres y dos hombres, que les controlaban, llevaban a cabo un estricto sistema de sanciones y les amedrentaban física y psicológicamente. Los datos de este cartel se extraen de la sentencia del caso y de distintas publicaciones en prensa, todas ellas accesibles online. De ellas se deduce que este no es un hecho puntual, pues la propia policía asegura que el grupo operaba «de manera altamente especializada»
 
El infierno para estas tres víctimas comenzó en 2019, cuando se les ofreció trabajo como limpiadoras y cocineras en un hotel. Aprovechando la situación irregular de estas tres mujeres, que además de encontrarse en la miseria no tenían papeles y vivían con miedo a ser expulsadas y a que las autoridades ignorasen sus denuncias, la proxeneta encargada del prostíbulo les obligó a prostituirse, asegurando, además, que les conseguiría los tan ansiados permisos de residencia. Siguiendo la táctica del palo y la zanahoria les amenazaba con denunciarles a la policía si no se sometían completamente a su autoridad y se convertían en esclavas sexuales del establecimiento. Una vez comenzaron a someterse, se les amenazó con difundir vídeos suyos con los puteros y hacérselos llegar a sus familias para reforzar su miedo.
 
Al inicio se les prometió que cuando saldaran una serie de pagos serían libres y tendrían su permiso de residencia. Por ello comenzaron cobrando parte de lo que el establecimiento percibía con su explotación, pero al poco tiempo dejaron de recibir nada: Todo el dinero iba para el grupo de proxenetas y ellas quedaban totalmente a su merced, sin poder pagar la deuda que se les impuso. 
 
Dos de ellas consiguieron escapar en alguna ocasión, pero el total aislamiento, el desconocimiento del idioma, el miedo a las autoridades y el terror por las amenazas sufridas les hizo regresar.
Entre las aberrantes condiciones que les imponían destacan: 
 
– Jornadas maratonianas obligadas a someterse sexualmente a cuantos puteros acudieran. Eran obligadas a prostituirse los siete días de la semana, comenzando en torno a las 17:00 y terminando a las 6 o las 7 de la mañana. 
 
– El tiempo en que no se las obligaba a someterse a sus agresores eran encerradas en sus habitaciones. 
 
– Eran forzadas a sufrir cuantas prácticas sexuales se les impusiera. Entre otras, se las obligaba a consumir drogas para soportar las continuas violaciones y a ser penetradas sin preservativo. Fruto de ello una de las víctimas tuvo un hijo, que hubo de dejar al cuidado de una mujer de un pueblo cercano por serle imposible, en su condición de esclava, hacerse cargo de él.
 
– Se las obligaba a vestir determinada ropa y tacones durante toda la jornada. 
 
– Solo les permitían comer una vez al día, y las condiciones higiénicas del lugar eran aterradoras.
 
– Se les imponía un régimen de castigos bárbaro. Debían pagar cada día que bajaban tarde de las habitaciones-celda o los días que pedían no ser sometidas a las continuas agresiones. La sentencia relata que las apaleaban para mantener el control sobre ellas.  La contabilidad de los castigos, las sanciones y el dinero extraido de la explotación de cada una de ellas se reflejaba en una libreta. 
 
El grupo de proxenetas cayó cuando las víctimas consiguieron que su caso fuera escuchado por una unidad especializada de la Policía Nacional de Badajoz. Fruto del procedimiento judicial abierto, se les ha impuesto importantes penas de prisión. Sin embargo, nosotrxs nos preguntamos:
 
– ¿No hay pena para los puteros que durante meses las han agredido sexualmente?
 
– ¿Acaso podían ignorar lo que ahí sucedía?
 
– Este secuestro duró meses, y la única institución que actuó fue de la Policía Nacional de Badajoz, cuando ellas pudieron escapar hasta allí. ¿No llegó a oídos de nadie antes?
 
– Al conocer estos hechos, ¿Hay algún putero que, sabiendo que las agredió sin preservativo, piense siquiera en que ha abandonado a su hijo?
 
No podemos saber quiénes participaron como consumidores de cuerpos humanos en esta trama. Lo que sí podemos prometer es que haremos cuanto podamos para que no queden impunes y para que el pueblo de Zafra les señale como lo que son: Basura que goza sometiendo y humillando a mujeres vulnerables. 
 
Tampoco se nos escapa un elemento fundamental: La existencia de una ley de extranjería que condena a miles de mujeres y niñas a la pobreza y la clandestinidad y les convierte en el objetivo prioritario de estas mafias. Sin su derogación y la garantía de derechos para las personas migrantes no podrá ponerse fin a esta lacra de la trata de seres humanos ni a la brutal explotación a la que se les somete en campos y fábricas.  En ese sentido el sistema está hecho para facilitar las cosas al explotador y al putero. 
 
Ni una agresión sin respuesta, ni un putero impune.
 

Firman el comunicado los colectivos:

Zafra Violeta y Antifascistas Zafra 
 
 

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