COMUNICADO POR LOS DERECHOS Y LA LIBERTAD DE LAS MUJERES AFGANAS
Hoy estamos aquí, en la calle, clamando por la defensa de los derechos del pueblo afgano, por la libertad de las mujeres y niñas afganas.
La ocupación del poder por los talibanes trae consigo el aumento de la violencia extrema sobre el pueblo afgano; especialmente sobre las mujeres y niñas. A la violencia actual se le suma la miseria, la sequía y la falta de alimentos.
La geopolítica criminal de los estados ha alimentado esta situación a lo largo de décadas. Décadas de control imperialista, militarista y de corrupción para ahora abandonar a su suerte al pueblo afgano y dejando en una situación de especial vulnerabilidad a mujeres y menores. Esos estados, países que se ponen medallas en el falso nombre de la libertad, la suya; no lo pensaron dos veces para financiar a fundamentalistas religiosos y terroristas y a gobiernos corruptos, con tal de llevar a cabo sus propios intereses revanchistas; y de saquear recursos y riquezas de una tierra que no es la suya.
Por eso salimos, para exigir solidaridad y responsabilidad compartida de los estados, para que activen urgentemente los corredores humanitarios que permitan la salida segura de las personas refugiadas, y se garantice su acogida y protección. No al cierre de fronteras. ¡Basta ya de racismo institucional! Aprovechamos que estamos aquí también para pedir al estado español la regularización de las personas migrantes, que deja en una situación de vulnerabilidad aún mayor a mujeres, niñas y niños. ¿qué hay de los menores encerrados en CIEs o deportados ilegalmente? ¿y qué pasa con las jornaleras de Huelva explotadas laboralmente y agredidas sexualmente? ¡Queremos justicia! ¡No nos olvidamos!
Defendemos un feminismo internacionalista y laico, porque sabemos que somos una cadena donde todas contamos. No queremos dejar de hacer una crítica al lugar que tiene la mujer en las religiones patriarcales, ya que la mujer no puede liberarse bajo ninguna religión. Las religiones no dejan de ser herramientas de control y sumisión contra las mujeres y niñas. Pero no podemos mirar hacia otro lado cuando esta crítica proviene de sectores, que lejos de defender la libertad de nadie, quieren utilizar la violencia sufrida para intentar legitimar discursos xenófobos, imperialistas y que atentan también contra nuestras hermanas y sus derechos.
Nosotras no nos olvidamos de las hermanas que viven bajo patriarcados coercitivos. Ser mujer o niña y vivir, o más bien sobrevivir, bajo un patriarcado de coerción donde legislan en tu contra y te violentan con el permiso explícito de las instituciones, es una condena. Y cuando eres mujer, en medio de guerras, invasiones, masacres… tu cuerpo pasa a ser un campo de batalla, a sufrir la peor parte. Son ellas las que sufren matrimonios forzosos, las que serán tratadas como mercancía para ser esclavizadas sexualmente, las que ven amenazados sus derechos a acceder a la educación y al trabajo.
Quieren relegarlas al espacio privado, apartarlas de lo público, arrancarles la voz, el poder decidir, elegir. Quieren someterlas, oprimirlas. Negarles totalmente su autonomía. Quieren borrarlas, hacerlas desaparecer.
Su valentía a la hora de salir a las calles para llenarlas de sus voces reclamando y defendiendo lo que les pertenece, es ejemplo para todas nosotras. No queremos irnos sin nombrar a la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán, una organización afgana que lucha por los derechos de las mujeres y por una sociedad laica y democrática. Fue fundada en Kabul en 1977 por Meena Keshwar Kamal, una activista estudiantil que fue asesinada en 1987 por sus actividades políticas. Durante sus tres décadas de existencia, RAWA se ha opuesto a los regímenes que sucesivamente han regido el país. De la misma forma, la asociación se ha mostrado muy crítica con la ocupación estadounidense.
No nos olvidamos que para ellas salir a la calle a hacer lo que estamos haciendo nosotras hoy aquí, tiene una respuesta muy diferente.
Y compañeras, si tocan a una, nos tocan a todas, y respondemos todas. Si a una de nosotras le tapan la boca para que no hable, el resto gritamos.
En este espacio hoy estamos nosotras, pero es por ellas. Seamos eco de su voz, que nos escuchen aquellos que deben responder y responsabilizarse.
No seremos mujeres libres mientras siga habiendo mujeres sometidas.
Plataforma 8m Badajoz
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