Ataques sistemáticos a periodistas en los Territorios Palestinos Ocupados
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Durante el mes de mayo y junio, Reporteros Sin Fronteras, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y el Centro Palestino para el Desarrollo y las Libertades de los Medios de Comunicación (MADA) han denunciado el incremento de los ataques a periodistas y medios de comunicación en Palestina.
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MADA ha monitoreado y documentado un total de 245 ataques, lo que supone una violación grave al ejercicio de la libertad de prensa y al derecho a la información.
Libertad de prensa, libertad de expresión y derecho a la información son tres derechos fundamentales de la ciudadanía estrechamente ligados a la profesión periodística y a sociedades libres y democráticas. La libre circulación de la información y de las ideas es un pilar fundamental de la noción misma de democracia y es decisiva para el respeto efectivo de los derechos humanos, contribuyendo a la consolidación de la capacidad de decisión y la igualdad de todos los grupos sociales. El derecho a la libertad de opinión y expresión está recogido en el Artículo19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Estos derechos, sin embargo, se diluyen cuando las y los profesionales de los medios de comunicación desarrollan su trabajo en situaciones de conflicto. La UNESCO alerta sobre el gran aumento de ataques a periodistas que cubren protestas. En este contexto y en muchos países las y los periodistas se ven sometidos al acoso, las amenazas, agresiones físicas, detenciones e incluso el asesinato por parte de las fuerzas de seguridad de un estado en un intento por silenciar la información sobre un tema controvertido para que no llegue a la opinión pública.
Ser profesional de la comunicación en los Territorios Palestinos Ocupados es ejercer una profesión de alto riesgo en un territorio donde las protestas y los enfrentamientos son continuos, teniendo que ejercer su labor de informar, en muchas ocasiones, entre bombas y disparos. El gobierno Israelí y La Autoridad Palestina no están dispuestos a tolerar la disidencia, opiniones contrarias o que se informe sobre abusos y cuestiones de derechos humanos, por lo que sistemáticamente castigan y atacan a quienes lo hacen, criminalizando a quienes ejercen de ojos y oídos de la sociedad y que en muchas ocasiones son las únicas voces para conocer los abusos y ataques que sufre la población civil.
En una protesta, si eres periodista que graba, fotografía o distribuye pruebas de violaciones de derechos humanos en medios de comunicación o en redes sociales, te enfrentas a una pena de prisión de entre 5 y 10 años. Todo ello por una proposición de ley discutida en el parlamento israelí en mayo de 2018, que ya denunciamos en esta campaña. Si eres periodista de origen palestino te enfrentas a riesgos como la deportación, prohibición de viajar, limitación de movimientos, arresto, juicio ante un tribunal militar, prisión o tortura entre muchos otros. Otros de los riesgos que sufre la población palestina que ejerce su derecho a la libertad de protesta pasan por palizas, amenazas de muerte, o incluso el asesinato.
Al-Haq, una de las principales organizaciones palestinas de defensa de los derechos humanos, experta en el monitoreo, documentación y seguimiento de casos, ha condenado en reiteradas ocasiones los ataques a los y las periodistas y los medios de comunicación palestinos, esenciales para el funcionamiento de una sociedad democrática, por su papel fundamental a la hora de informar sobre situaciones de conflicto armado. El silenciamiento de los medios de comunicación debe ser condenado internacionalmente por infringir disposiciones fundamentales de los derechos humanos internacionales y el derecho internacional humanitario. La orden militar de la potencia ocupante, Israel, que prevé la restricción del derecho a la libertad de expresión intenta establecer una conexión inexistente “entre la libertad de expresión y la existencia de ciertas amenazas estipuladas por la ley.”
Israel suma a sus espaldas múltiples denuncias tanto de medios de comunicación palestinos como de organismos y prensa internacional. Los ataques a periodistas se suceden casi a diario, como una táctica más de las fuerzas de ocupación Israelí de oscurecer y ocultar las políticas y prácticas represivas de ocupación.
Durante el mes de mayo de 2021, se cometió una amplia ola de crímenes y ataques israelíes contra la libertad de los medios de comunicación en Palestina. El incremento de tensiones desembocó en el ataque armado sobre la Franja de Gaza y un aumento de las violaciones a la libertad de prensa. MADA ha documentado 122 ataques y crímenes contra periodistas y medios de comunicación palestinos, árabes e internacionales. Las fuerzas de ocupación son los responsables de 77 de estos ataques. Como resultado de estos, 4 periodistas murieron debido a los bombardeos de sus hogares en la Franja de Gaza, 54 periodistas sufrieron ataques físicos directos y el ejército de ocupación israelí destruyó la sede y oficinas de 30 medios de comunicación. Una táctica deliberada con el fin de interrumpir las actividades de decenas de medios de comunicación y silenciar a cientos de periodistas, evitando la cobertura mediática durante su agresión a Gaza. Entre estos medios se encontraba la Torre Al-Jalaa, sede de la agencia de noticias estadounidense Associated Press y de la cadena de televisión catarí Al Jazeera. Reporteros sin fronteras ha solicitado a la Corte Penal Internacional que investigue si los ataques a medios de comunicación en Gaza son crímenes de guerra. También la FIP (Federación Internacional de Periodistas) envió una carta a las autoridades israelíes, al secretario general de la ONU y a todos los miembros del Consejo de Seguridad. “Urge cesar los ataques deliberados y sistemáticos a medios y periodistas. Es un intento evidente de hacerles callar a todos los que cubren los hechos desde el terreno, desde Gaza», reza el comunicado en la web de la FIP. Estos ataques fueron acompañados por una amplia ola de violaciones cometidas por empresas y redes sociales, que bloquearon o inhabilitaron las páginas de decenas de periodistas y activistas.
Ataques especialmente violentos contra mujeres
Durante el mes de junio, volvieron a incrementarse estos ataques que han sido especialmente duros contra las mujeres periodistas, en esta ocasión, la mayoría de ellos a manos de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina en Cisjordania, coordinadas con individuos violentos vestidos de civiles, afines al partido de gobierno, Fatah.
MADA monitoreó y documentó 123 ataques: 69 fueron cometidos por parte de la Autoridad Palestina, 52 fueron cometidos por la ocupación israelí, 1 violación fue cometida por la red social Facebook y otro ataque fue realizado por las autoridades estadounidenses que bloquearon la web del canal de noticias “Palestina Hoy”.
Las agresiones comenzaron mientras que las periodistas cubrían las protestas que han tenido lugar en Cisjordania tras la muerte del activista palestino Nizar Banat, candidato a las elecciones legislativas finalmente pospuestas y uno de los críticos más populares en redes sociales contra el gobierno de la Autoridad Palestina (AP) y su presidente, Mahmud Abbas. Nizat murió cuando estaba bajo custodia de las fuerzas de seguridad, después de que al menos 20 agentes de seguridad allanaran su casa de madrugada y lo apalearan durante varios minutos delante de su familia.
Las periodistas han sido la más afectadas por estas agresiones violentas, incluyendo: uso de balas de goma, gases lacrimógenos, ataques con piedras, palos de madera y barras de hierro, destrucción o robo de sus equipos y confiscación de sus teléfonos móviles. También se han denunciado casos de acoso físico, y amenazas verbales de acoso y violación. Algunos ejemplos, incluyen:
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La reportera de Quds News Network, Najla Abu Zaitoun, fue golpeada violentamente con un palo, provocándole graves hematomas, además de ser amenazada con ser violada y sometida a insultos sexistas.
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Shatha Hammad fue golpeada con una bomba de gas lacrimógeno.
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La periodista Saja Al-Alami fue agredida mientras personal de seguridad vestido de civil intentaba apoderarse de su teléfono.
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Naila Khalil, Faten Alwan y Jihan Awad, después de confiscar sus teléfonos, se encontraron que sus nombres habían sido publicados en una página de Facebook en la llamada “Lista de la vergüenza” acusándolas de estar vinculadas a otros partidos o agendas externas.
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Por su parte, Israel agredió físicamente a la reportera del canal catarí Al Jazeera, Guevara Al-Budairi, cuando estaba cubriendo una protesta en el barrio de Sheikh Jarrah en Jerusalén. Finalmente su equipo fue destruido y ella arrestada y expulsada del barrio durante 15 días impidiéndole cubrir las protestas. En este mismo enfrentamiento otras ocho periodistas han denunciado ataques con gases lacrimógenos, expulsión del lugar de los acontecimientos o impedimento para cubrir las protestas.
En una sociedad patriarcal como aquella en la que viven las palestinas, las periodistas resultan más vulnerables ya que sufren riesgos múltiples y específicos. No solo se enfrentan a las agresiones físicas, sino también a: la violencia sexual (incluido el acoso sexual), la intimidación, el abuso de poder y las amenazas basadas en el género. Para las mujeres palestinas, la publicación de fotografías de carácter personal en redes sociales es un enorme agravio ya que pueden verse presionadas social y familiarmente.
A consecuencia de todos estos ataques contra los medios de comunicación y la libertad de prensa, el 28 de junio profesionales de los medios de comunicación han realizado un escrito a la ONU para que se garantice su protección, la libertad de prensa y puedan ejercer su trabajo sin coacciones y agresiones.
AECOS (Asociación Extremeña de Comunicación Social) Persona de contacto: Verónica Pintiado EMAIL: aecos_comsoc@gmail.com TLF: 687 69 67 33 |
NOVACT (Instituto Internacional para la Acción Noviolenta) Persona de contacto: Vanesa Merino EMAIL: vanesa.merino@novact.org TLF: 644 74 30 53 |
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